TODOS VAMOS A INFECTARNOS POR EL COVID-19 A LO LARGO DE LOS PRÓXIMOS MESES, REZAD TODO LO QUE SEPÁIS…

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Cuando la revolución industrial todavía no había llegado, tanto en Europa como en el resto del Mundo, periódicamente se producía algún procedimiento de control de la población, los más frecuentes eran el hambre y la guerra. Cada veinte o treinta años, a lo sumo, tenía lugar una crisis de alimentos que, derivaba en hambruna y que, eliminaba el exceso de población, ya que los campesinos y artesanos no eran capaces de producir suficientes bienes y servicios para alimentar a quienes entonces habitaban el planeta…

Las hambrunas recibían la inestimable “ayuda” de las guerras que, los diversos reyezuelos y señores feudales, y también jefes tribales, emprendían para robarse unos a otros sus escasos recursos y rentas.

La Humanidad ha logrado desde la revolución industrial en adelante, erradicar –si no del todo, casi del todo- las guerras que hasta el siglo pasado asolaban el planeta, y de paso ha hecho disminuir el hambre. Lo que siglos atrás era excepción, la paz, ahora es lo frecuente, las pocas guerras que aún existen en el mundo, son de baja intensidad y lógicamente de escasa mortandad, hasta el extremo de que en el siglo XIX en adelante la población europea aumentó en más del 300%… Si nuestros ancestros levantaran la cabeza les resultaría inimaginable y pensarían que se les está tomando el pelo, si alguien les dijera que el Mundo posee actualmente más de 7.000 millones de personas… y va camino de los 8.000 millones.

En relación con todo esto, es importante subrayar que, sólamente allí donde las libertades individuales y de mercado desaparecen el hambre suele volver, matando a multitud de personas, a las que las diversas economías intervenidas, con planificación centralizada, son incapaces de alimentar…

En estos momentos de pandemia, originada por el coronavirus, se ha producido algo hasta ahora nunca visto: los diversos gobiernos (salvo excepciones) han paralizado la actividad económica de la mayoría de las naciones, supuestamente para preservar la salud de sus ciudadanos, a riesgo de hundir la economía, motivo por el cual es previsible que más tarde o más temprano, casi de forma inevitable se den hambrunas, si no generalizadas, sí en muchos lugares del Mundo, incluso en países supuestamente desarrollados.

Por supuesto, estamos hablando de que corremos el enorme riesgo de que, se vuelva a reproducir el círculo vicioso, perverso, de aquellos tiempos pretéritos, cuando todavía no se habían producido la revolución industrial, ni la tecnológica y las guerras ocasionaban hambre, también epidemias, posteriormente hambre, escasez de recursos, guerras… y vuelta a empezar.

No es que, de la epidemia del coronavirus, tengan que derivarse, inevitablemente, guerras, pero, si los alimentos escasean y el hambre se hace notar (ya son muchos los españoles que acuden a los comedores de beneficencia en las grandes ciudades) si es muy posible que se originen disturbios y saqueos. ¡Tiempo al tiempo!

Transcurrido casi un año desde que se dio oficialmente el «pistoletazo de salida» de la denominada pandemia del Cobid19, merece rescatarse un artículo que publiqué en mi blog en el mes de marzo. En él reproducía un texto que me hizo llegar un médico, conocido mío. ¡Ojo, el texto es de marzo de 2020! El texto exponía lo siguiente:

«Voy a intentar explicar la situación que se ha creado debido a la pandemia del “coronavirus”. La opinión pública no está al corriente porque los impresentables de este Gobierno, que saben la verdad, se la han ocultado a la población general desde hace un mes.

Esta información la he conseguido a través de compañeros médicos que tengo en toda España, que llevan alertando acerca de ello desde hace semanas, ya que tienen acceso a información científica a la que no tiene acceso la gente corriente.

No es mi intención crear más alarma, pues, todos somos adultos y cada uno decidirá qué hacer, pero no puedo dejar que mis amigos tomen decisiones con respecto a un asunto tan importante, sabiendo que no poseen suficiente información.

La batería de medidas para la contención del virus aprobada este viernes por el Gobierno obliga a echar el cierre a cines, discotecas, restaurantes, salas de conciertos, teatros, salones de juego, casinos, parques de atracciones, gimnasios y bares de copas; con el objetivo de evitar las concentraciones de gente y, por ende, el crecimiento en el número de contagios.

Empezamos:

¿Por que el COVID-19 es enormemente peligroso?

Lo que determina el peligro de un agente infeccioso es la combinación de tres factores: el vector de contagio, la morbilidad y la mortalidad.

La morbilidad es el ‘número de personas que enferman en una población y período determinados’, mientras que la mortalidad, además de la ‘cualidad de mortal’, es el ‘número de defunciones en una población y período determinados.

El COVID-19 tiene un vector de contagio entre 1,5 y 2,5, es decir, 3 veces superior a la gripe. Lo cual implica que su propagación es exponencial: 1-2-4-8-16-32-64-128-256… pero lo peor de todo es que, a diferencia de la gripe y del SARS, que fue la última epidemia por coronavirus de 2003, éste se contagia también durante las dos semanas de incubación, antes de tener incluso síntomas.

En cuanto a la morbi-mortalidad, hay que tener una cosa clara:

TODOS VAMOS A INFECTARNOS POR EL COVID-19 A LO LARGO DE LOS PRÓXIMOS MESES.

Coronavirus Positive Blood Test And Syringe : Foto de stock

Ahora bien, de cada 1000 personas, 900 lo pasarán asintomaticamente, incluidos niños y jóvenes. 100 mostrarán síntomas. De esos 100, 80 lo pasarán como una gripe muy jodida: tos seca, dolor de cabeza y muscular, es decir, dos o tres semanas en casa más malo que un perro. De 20 que quedan, 15 desarrollarán una neumonía bilateral con dificultad para respirar, que requerirá ingreso hospitalario para administrar broncodilatadores, corticoides y oxígeno. Los 5 restantes desarrollarán una fibrosis pulmonar que exigirá inmediato ingreso en la UCI con respiración asistida. De esos 5, es muy posible que 3 mueran. Y los 2 que se salven acabarán teniendo secuelas que, los obligarán posiblemente a someterse a un trasplante de pulmón.

Estas son las cifras que se manejan actualmente en la comunidad científica occidental, ya que los datos en China han sido peores, pero porque su sanidad no está tan preparada (no se olvide que este informe es de marzo de hace un año).

Las claves de la inmunidad de rebaño

Visto así no parece tan grave, ¿verdad?

El problema es que, a diferencia de la gripe, ante la cual una parte de la población se vacuna y además ataca progresivamente a lo largo de 5 meses al año, está infección es una oleada (como ha ocurrido en Italia). De forma que en dos-tres meses se van a producir todos los contagios. Así que ya tenemos los datos para hacer las cuentas:

De los 47 millones de españoles, solo 4 millones van a tener síntomas. De los cuales 3.200.000 la pasarán como una gripe mala en casa. 600.000 necesitarán ingreso hospitalario con oxígeno. Y 200.000 necesitarán UCI. Pero, tenemos un problema: en España existen, entre el sistema sanitario público y el privado, solo 200.000 camas hospitalarias y 3.800 camas de UCI.

¿Veis el problema?

El auténtico problema no es la enfermedad en sí, a pesar de que tiene una morbi-mortalidad importante, sino que, debido a sus características epidemiológicas,  viene en una oleada infectando a toda una población que no tiene inmunidad previa en cuestión de 2-3 meses; como resultado, se producirá un COLAPSO DEL SISTEMA SANITARIO…!!!!

Eso significa que cuando las camas hospitalarias y las UCI estén llenas, es muy posible que las autoridades sanitarias den orden de aplicar lo que se conoce como Medicina de Guerra, es decir, cuando por cada cama que se quede libre haya 7 personas esperando, los profesionales tendrán que decidir,  a quién atienden y a quien mandan a su casa diciéndoles que les mandarán un médico y una bombona de oxígeno, que no llegará nunca porque también se habrán acabado. Esa decisión se tomará en función de la edad y el estado general. Es decir, se escogerá a los más jóvenes, que tendrán más posibilidades de sobrevivir. Esto sin contar el resto de enfermedades graves y urgentes: infartos, Ictus, accidentes de tráfico, etc. todo esto sin camas y sin UCI.

Esto parece una película de ciencia ficción, pero esto está pasando AHORA MISMO en el norte de Italia. País que hace dos semanas estaba como nosotros ahora, no se nos olvide. La sanidad madrileña está ya colapsada. Están diciendo a la población que si presentan síntomas que no vayan a los hospitales ni a los centros de salud ni llamen  al 112, sino que llamen al 900 102 112. Hay personas que se pasan toda la mañana llamando y no consiguen que les cojan el teléfono. Se espera que, al ritmo que se está propagando, la Sanidad Española colapse a primeros de abril.

Esta es la situación.

¿Qué hacer entonces?

Vamos a ver, esto del coronavirus es parecido a una lotería, es difícil que te toque, pero mientras más papeletas compres, más posibilidades tienes.

Por tanto, lo que hay que hacer es NO COMPRAR PAPELETAS. Es decir, durante los próximos meses salir exclusivamente a trabajar y a comprar al supermercado cuando sea necesario. No comer fuera, no ir a ninguna reunión de gente, no utilizar transporte público.

Cuando redacto este texto, el gobierno de Pedro Sánchez acaba de anunciar que el próximo lunes, 16 de marzo empezará el “estado de alarma” que, implicará el cierre de toda clase de tiendas, exceptuando las de alimentación y farmacias, el cierre de todo tipo de lugares de espectáculo y ocio, la limitación de la libertad de movimiento, salvo para cuestiones de absoluta urgencia… y un largo etc. de supresión de “derechos”, con la intención de frenar la propagación del virus…

Quienes estéis leyendo este texto os estaréis preguntando:

¿Si todos, en un grado u otro nos vamos a contagiar, para qué aislarse tanto?

Pues veréis, el que una persona sufra la enfermedad asintomáticamente, como una gripe o necesite ingreso hospitalario, depende fundamentalmente de la edad y del estado de su sistema inmunitario.

Pero también depende de un factor que se llama “carga viral”, es decir, la cantidad de millones de virus que han entrado en nuestro organismo en el momento del contagio.

Mientras mayor sea esa carga viral, más daño puede hacer el virus a nuestros pulmones hasta que nuestras defensas se organizan y fabrican los anticuerpos para defenderse.

Obviamente no es lo mismo besar a un contagiado, respirar directamente gotitas respiratorias (de saliva o de moco, de la boca o de la nariz) que participan en la transmisión de las infecciones, de una persona infectada, o tocar un objeto donde han caído esas gotitas hace 3 horas y luego tocarnos la cara.

Luego, de lo que se trata es de intentar que, cuando nos contagiemos (si nos contagiamos), la carga viral sea la menor posible.

Es por eso es por lo que se recomienda no acudir a reuniones de gente ni lugares públicos.

Insisto: No quiero que alarmar en exceso. Lo más probable, es que la paséis asintomáticamente, pero no olvidéis lo de la “carga viral”: procurad evitar el transporte público, reuniones, comidas fuera, etc. durante las próximas semanas.

Siento la paliza que os he dado, espero estar equivocarme y que las cosas se contengan a partir de ahora que, se están implantando medidas de mitigación y aislamiento social, pero yo ya me he quedado tranquilo porque os he contado la verdad de la situación que, no se informa en ningún medio de comunicación, solo en los foros especializados.

Ahora cada uno que haga lo que estime oportuno…

Y, ya para terminar, pienso que es necesario subrayar, para entender por qué a la crisis de salud pública están acompañando una crisis económica e institucional que, la Historia de la Humanidad, y especialmente la contemporánea, ha demostrado sobradamente que la vida de las personas, de las naciones, de los pueblos, no ha mejorado en ningún sistema colectivista, intervencionista, con planificación centralizada de la economía; sino que han sido la causa principal de la miseria, la pobreza, el hambre… y también la guerra. Y, por supuesto, en los regímenes políticos colectivistas, socialistas, siempre ha habido quienes se aprovechan de tal sistema: la burocracia gobernante – los parásitos del parasitismo – un puñado de miserables, de mediocres, charlatanes, embusteros… que, incapaces de competir en un mercado libre, extorsionan, exprimen a los ciudadanos (gozando asombrosamente, en muchos casos de un inmerecido prestigio) y se permiten una vida de lujo y despilfarro, a costa del sudor de los pobres y, en muchos casos, a costa de la sangre de los ricos, y no tan ricos.

Ellos son quienes abandonan a sus conciudadanos en las situaciones difíciles y los condenan a la hambruna, a la pobreza, a la miseria, o incluso al genocidio, o a una mortandad nunca conocida (como viene sucediendo durante el interminable “estado de alarma”); ellos son a los que nunca verás renunciar a su poder, renunciar a sus enormes privilegios; ellos son las personas por las que los demás estamos siendo sacrificados.

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